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DISPONIBLE EN: Archivo Cinematografico y Videoteca
Nº TÍTULO ARCHIVO: 00020158

Título original: CADA PEZ A SU ESTANQUE
Director/realizador: Ródenas, José María
Productor: Martínez Paz, José Antonio
Nacionalidad: España
Año de producción: 1966
Argumento: Sánchez Ferrón, Juan Antonio; Navarro, Norberto
Guionista: Sánchez Ferrón, Juan Antonio; Navarro, Norberto
Director de fotografía: Navarro, Norberto
Montaje: Navarro, Norberto; Ródenas Pallarés, José María; Martínez Paz, José Antonio
Cortometraje o Largometraje: Cortometraje
Paso: 16 mm
Tipo de emulsión: B/N
Tipología documental: Ficción
 
Ficha completa   
  Producción   Descripción física   Contenidos   Equipo técnico   Restauración   Notas    
Tipología documental: Ficción
Narrador: Ródenas Pallarés, José María
Sinopsis: Película de ficción producida por el Colegio Inmaculada de Alicante como actividad de clase durante un curso de iniciación al cine, en 1965-1966, por alumnos de 5º de bachillerato. El padre Ródenas (José María Ródenas Pallarés) fue el profesor de este curso y el coordinador del ejercicio práctico (en el cual se aplicaron los conocimientos teóricos adquiridos durante el curso). Los propios alumnos escribieron el guión y desempeñaron las tareas técnicas con la asesoría de Ródenas. La película que resultó del proceso cuenta la historia de Luis, un muchacho de 14 años que mantiene una amistad con Inma (una chica de la misma edad que estudia en otro colegio). Con el fin de agradarla, Luis le quiere regalar un pez de colores, que un amigo suyo robará del estanque del colegio durante la noche. El día de la cita con Inma, Luis la espera delante de su edificio con la pecera en las manos, pero se llevara una triste sorpresa cuando la vea salir de allí con un chico de un curso superior. Al final del film, defraudado, Luis decide devolver el pez al estanque de donde quizá no debió haber salido nunca
Contenido: El hermano pequeño de Inmaculada y un compañero suyo se han retrasado jugando, y llegan hora y media tarde al colegio. Tienen siete años Son castigados de rodillas en el centro de un pasillo por donde pasan la mayoría de los alumnos del colegio. El hermano de Inmaculada trae una carta y una foto de ella para Luis, un muchacho de cuarto curso, simpático y soñador. Luis se encamina a la clase después de un recreo junto a sus compañeros de curso. Al pasar por donde está castigado el hermano de Inmaculada, éste le entrega la carta y la foto. En el camino hasta la clase, Luis lee la carta y contempla la foto. En «off» se escucha !a voz de Inmaculada: «Querido Luis: ...el domingo... es posible que pueda salir. Espérame a las once... Tengo una pecera enorme aunque con pocos peces... Me acerco, miro con los ojos pegados al cristal. Los peces me rodean como si me quisiesen. Me da un gusto especial...». Ya en la clase, Luis acaba de leer la carta apoyado sobre la ventana cercana a su pupitre. La ventana da a un claustro con cipreses en cuyo centro hay un pequeño estanque. Unos chicos de segundo curso intentan pescar un pez. Y tiene la idea: en su pupitre tiene un tarro vacío de nescafé, podría regalar un pez de aquel estanque a Inmaculada, Aprovechando una clase de gimnasia, busca a uno de los que intentaban pescar un pez. Burlando la vigilancia del profesor de gimnasia, durante la sesión de saltos sobre aparatos, se fugan. Hacen el pacto. El de segundo buscará un pez en el estanque. Es interno y lo hará por la noche porque hay menos «riesgo». En los dormitorios del colegio a las 0,30. Son tres los complicados en el «safari» nocturno. Durante su excursión por los pasillos, se encienden de repente las luces: un Padre que se retira a dormir. Pasa el apuro. Llegan al claustro del estanque. Cuando intentan pescar el pez, uno de ellos, un gordo enorme, se le ocurre la «gracia» de lanzar al agua al que pactó con Luis. El que resultó mojado se ha retrasado durmiendo. Un educador va a despertarle, proporcionándole un susto mayúsculo —¿Nos habrá descubierto?—. Para colmo, está desnudo en la cama y el pijama está mojado, pendiente de la puerta del armario. Pero el educador no le ha dado más importancia. Dicho interno de segundo espera en la azotea del colegio la llegada de los externos. Cuando llegan va en busca de Luis. Y le da el pez en el tarro de nescafé, previamente escondido en una papelera. El domingo por la mañana, Luis inicia su peregrinación por las calles de Alicante con su obsequio para Inmaculada. Fija su atención en un cartel: «1-X-2. Haga quinielas». Espera impaciente mientras mira el pez inquieto en la nueva pecera que le ha buscado. Sale de la portería el hermano de Inmaculada que va a jugar a la playa cercana. Le saluda Luis con alegría, pero su sonrisa queda helada en los labios: sale Inmaculada con otros chicos y chicas. Se despiden entre sí e Inmaculada sale a pasear con Pedro, un chico de quinto curso que va al mismo colegio. Luis, con su ilusión rota, camina hacia la playa. Se quita la chaqueta, pregunta al hermanito si Inmaculada sale mucho con Pedro. Sí, sale mucho con Pedro. Luis se derrumba desganado sobre la arena y deja la pecera al borde del agua. Lunes siguiente: el colegio es para Luís un infierno. Un profesor le llama la atención por su deficiente aprovechamiento. Mientras el profesor explica una demostración geométrica, Luis se imagina ver pasear a Pedro con Inmaculada por diversos sitios de Alicante. Hasta que se rebela, tira los libros al suelo, se levanta decidido y borra io que el profesor había escrito en la pizarra. Este, sin inmutarse, le expulsa de clase. En los patios de recreo del colegio: Luis ha esperado la salida de clase de los de quinto. En un grupo está Pedro y seis compañeros más, discutiendo acaloradamente sobre problemas de clase. Aprovechando ese momento, Luis se acerca al grupo y de un empujón rabioso tira a Pedro por los suelos. Se organiza una persecución. Los de quinto logran atrapar a Luis y se lo llevan en hombros hasta el campo de hockey. Allí Pedro le propina unos buenos bofetones y le hace sangrar por la nariz. Los muchachos de segundo que facilitaron el pez a Luis presenciaron la persecución y corrieron para avisar a un conserje, el cual corre a ver lo ocurrido. Los de quinto estarán castigados en recreo durante varios días. En la clase de quinto, Pedro y sus compañeros cumplen el castigo. Cada cual se dedica a diversos quehaceres: hacer pajaritas, leer «La Codorniz», colgar un monigote negro, que representa un «cura», de una vara como si fuese una horca... La pizarra está llena de apodos de profesores. Y Pedro piensa en Inmaculada. Por una de las ventanas de la clase se divisa el claustro de los cipreses con el estanque. En esto llega Luis con su pecera, y triste y cabizbajo devuelve el pez a su estanque, mientras como un grito desgarrado se escucha la canción «Tú me dijiste adiós...».
Lugares visuales: Colegio Inmaculada, Vistahermosa, Alicante; Paseo de la Explanada, Alicante; Plaza Teniente Luciáñez, Alicante; Playa de La Albufereta, Alicante